Es lógico: el olor, o la hinchazón del pañal lo demostrarán. Sin embargo, es importante vigilar a su hijo para saber si es necesario cambiarle los pañales.
Los recién nacidos suelen llevar diez pañales al día si están bien alimentados e hidratados. A medida que envejecen, será necesario cambiarlos con menos frecuencia.
¿Cómo cambiar un pañal?
Preparación para el cambio de pañales:
Es necesario tener las cosas a mano. En el cambiador de pañales -realmente útil-, debemos tener un par de pañales limpios, un lugar para tirar el otro, toallitas para limpiar al bebé, talco, algunos juguetes para mantener al niño entretenido. Es conveniente sacar previamente unas toallitas húmedas y, si queremos, podemos cambiarnos de ropa.
Además, antes que nada debemos lavarnos las manos y lógicamente, al finalizar el cambio de pañal también.
Primero hay que poner el pañal nuevo correctamente sobre la mesa, tumbar al niño sobre él, quitar y tirar rápidamente el pañal sucio, levantar las piernas del bebé -poner al bebé a un lado también facilita las cosas- y limpiarlo. Luego debemos poner un poco de talco y, si es necesario, alguna pomada para evitar irritaciones.
Si el pañal se ensucia con orina, podemos doblar el pañal debajo del bebé, que debe estar tocando la zona a limpiar (la parte exterior del pañal). Si se ensucia con caca, podemos intentar limpiar lo máximo posible con el pañal, y luego realizar el mismo procedimiento.
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